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miércoles, 8 de enero de 2014

El mejor regalo de Cumpleaños



Hoy es el día de mi cumpleaños, pero por desgracia los cumplo el mismo día que se celebra el día del Amigo; así que todo el mundo me felicita por el día del amigo, pero nadie se acuerda de mi cumpleaños.
Algunos de mis amigos como Francisca, Tamara y Melisa me habían organizado una pequeña fiesta en la casa donde vivíamos todos juntos; después nos iríamos de fiesta a reventar la noche.



Los chicos se fueron apenas acabamos de cenar y me dijeron que un coche me esperaría en la puerta. La idea de irme sola no me gusto ni medio, pero no me quedaba otra que hacerlo.
Cuando cruce la puerta vi una enorme limusina negra que esperaba por mi, en la puerta había un pequeño letrerito que ponía "El mejor regalo va adentro, no te empaches ni nos hagas esperar demasiado"
Abrí la puerta titubeando, nerviosa y con todo el cuerpo lleno de temblores. Creo que la vista se me nublo y mis pensamientos desvariaron, jugándome una muy mala pasada... porque allí estaba el hombre que me quitaba el sueño.
Sus perfectos y enormes brazos dorados, sus pectorales musculosos, sus marcados abdominales que tanto me enloquecían. Creí perder la cabeza cuando vi que su parte más noble estaba tapada tan solo por el cubo que contenía el champán con el hielo.
Allí estaba,  Niall Horan y su escultural cuerpo, su eterna y perfecta sonrisa... y allí estaba yo; húmeda, medio inconsciente y al borde de la locura.
Me tendió su mano y me senté a su lado, temblando como si tuviese un terremoto interno.
Sirvió una copa de espumante champán, el cual bebí de un trago en mi ataque de histeria.
Él me ofreció otra copa y yo la acepte, esta vez un tanto más calma.
Niall: -Feliz cumpleaños! -dijo mientras me tendía una cajita roja de terciopelo. Al abrirla descubrí un precioso colgante cubierto de pequeñas lágrimas de cristal- Niall: Espero sea de tu agrado.
TN: -Gra... gra cias -dije tartamudeando como una idiota
Él se acercó decidido, acaricio mi mejilla, me dio un beso en la comisura de los labios y bajó hasta mi cuello con ardientes besos.
Mi cuerpo se contorsionó ante esos inesperados besos, mientras él sonreía con aquellos labios carnosos.
Su mano condujo la mía a sus esculpidos abdominales, en los que me perdí, lujuriosa y deseosa de aquel cuerpo.
Habíamos conocido a Niall durante su gira por Argentina hacia ya varios meses y nos hicimos bastante amigos entre todos, pero esto era ya demasiado.
Con mucha fuerza de voluntad logré separar nuestros labios-
TN: ¿Que haces acá?
Niall: Es tu cumpleaños y no sabia que regalarte, así que las chicas me ayudaron a escoger tu regalo.
Me envolvió entre sus rudos brazos-
Niall: Por supuesto esto no es ningún sacrificio para mi, lo cierto es que me calentás desde el día que te vi, TN

 -dijo a la vez que llevaba mi mano a su insipiente erección.
Abracé su miembro con mis tímidas manos; su tacto era como el terciopelo.
Un largo gemido salio de su garganta cuando yo acariciaba su glande, le sonreí medio vergonzosa medio divertida.
El metió una de sus grandes manos por dentro de mi pantalón, jugando con mis labios húmedos y calientes. Se relamió la boca de placer mientras yo me humedecía cada vez más.
Me recostó en el estrecho asiento de la limusina, bajó mis pantalones y su boca se inundó en el centro de mi ser. Su aliento cálido junto a la humedad de mi sexo hicieron estragos en mi mente.
Su lengua se introdujo en lo profundo de mi cuerpo; trazó pequeños círculos con su lengua y su dedo acariciaba mi clítoris con eterna paciencia.
TN: Aceme tuya, Niall. Por favor. Te necesito dentro de mí.
Niall: Sus deseos son órdenes, señorita cumpleañera!
Quitó mi camiseta. Se detuvo en la delicada piel de mis pechos y atrapó un pezón con sus dientes.
Niall: Estas tremenda, TN -me dijo con una mirada cargada de deseo.
Jugó con su virilidad en la entrada de mi templo sagrado. Su tacto era suave, caliente y muy muy sensual.
Aquel enorme miembro se introdujo en mi cuerpo, haciendo las delicias de mis hormonas femeninas.
Su abrazo era firme como una roca y sus embestidas eran pausadas y perfectamente rítmica.
Nuestros cuerpos perfectamente amoldados danzaron sin cesar durante un interminable hora que se me hizo demasiado corta.
Su masculinidad entraba y salía de mi cuerpo. Su boca me llenaba de besos cuando el sorbía del champán que había derramado en mi cuerpo.
Estaba a punto de llenar al orgasmo cuando él quitó su miembro de mi cuerpo. Lo miré con desesperación, él me dedicó su gran sonrisa y acto seguido volvió a introducir su pene en mi cuerpo.
Niall: Solo quiero que lleguemos juntos -me susurró al oído.
Y llegamos, nuestra pasión estalló al unisono para deleite de nuestros cuerpos sudorosos.
Nos quedamos allí durante unos sabrosos minutos.
TN: Será mejor que nos vistamos, los chicos se van a impacientar -le dije con pocas ganas.
Nos vestimos y nos pusimos en marcha hacia la discoteca donde habíamos quedado todos juntos. Sin duda esa seria una noche inolvidable.

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